13 de septiembre de 2011

No tuve tiempo


Hoy es el primer día del resto de tu vida. (Anónimo)

No tuve tiempo!!! Te dice alguien que no pudo cumplir con lo prometido… es curioso, porque si hubiera tenido tiempo probablemente tampoco hubiera cumplido; porque no es tiempo lo que falta, en todo caso, lo que necesitamos es una mejor organización del tiempo… De todas maneras parece básico que para todo el que quiera vérselas con la optimización del tiempo debe saber al menos de qué se trata este asunto del tiempo… Time es Money dicen en inglés, pero para mí tiempo es vida, es existencia… tienes tiempo porque estás vivo, estás vivo porque puedes decidir (Ortega y Gasset). Claro está que hay un tiempo de tu vida que ya pasó, no lo puedes recuperar de ningún modo, tampoco es posible (al menos por ahora) acelerarnos y vivir en el futuro. En definitiva el único tiempo que tienes es el presente y que en tanto reflexionamos sobre él, ya pasó. Alguien ha dicho que la vida es eso que transcurre mientras estamos inmersos en asuntos “importantes” y parece que es así nomás. El problema es que, por lo general reflexionas sobre lo vivido cuando te queda poco tiempo... de vida. Vivir en esta tierra es estar atrapado en el tiempo presente. Lo único que posees es el presente, el aquí y el ahora. Todo lo demás no existe. El punto es que nuestra sociedad ha inventado dos maneras, muy bien disimuladas por cierto, de quitarnos la vida poco a poco. Es que no sería un buen negocio que toda la gente sea feliz.  Y estas cuestiones tienen que ver con nuestra actitud hacia el tiempo. Según Dyer, si no estás conforme con lo que hiciste en el pasado arrastras contigo la culpabilidad (que ha sido por siempre una eficaz manera de doblegar y domesticar a las masas) te sientes culpable porque tu vida no es como te la imaginabas, tus relaciones familiares distan mucho de lo ideal, porque has perdido amistades y amores por tu carácter, porque heriste a muchos y ya no tuviste oportunidad de repararlo, porque no cuidas tu cuerpo, o tu cuerpo no es algo de lo cual te puedes sentir orgulloso/a o porque tu vida religiosa, espiritual o como lo quieras llamar es una hipocresía cabalgante… y la lista podría ser interminable. El punto es que sentirse culpable por cualquiera de estas cosas puede ser aceptado socialmente, pero no cambia nada. Lo que pasó, pasó… ya no puedes hacer nada al respecto. En el otro extremo tenemos que enfrentarnos con el futuro y naturalmente nuestra sociedad ha desarrollado una conducta tan nociva como la culpa para el pasado. Me refiero a la preocupación. Pre-ocupados, es decir estar ocupados antes de tiempo. Pero el que te preocupes y solamente eso, no alterará en nada el futuro. si eres joven te preguntas, ¿dónde vas a trabajar?, ¿de qué vas a vivir?, ¿con quién te casarás?, ¿qué oportunidades tendrás, o peor: ¿tendrás oportunidades? Si eres adulto, pensarás sobre tus hijos, la enfermedad de tu cónyuge, tu jubilación, cómo te las arreglarás para vivir cuando no tengas fuerzas… y aquí la lista también es inacabable… Durmamos tranquilos. Ni la culpabilidad ni la preocupación solucionan nada. En la sabiduría bíblica ambos comportamientos son desechados por formas más sanas de aprovechar nuestro tiempo. El perdón por una parte y el depositar nuestras ansiedades en Él que conoce y controla el tiempo, por otra. Al fin y al cabo nuestro tiempo de vida se reduce a tomar decisiones y más que eso no podemos hacer… lo cual pensándolo bien, no es poca cosa.

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