27 de septiembre de 2011

 Bienvenid@s al capítulo 2 de este libro apasionante...

Aquí va un párrafo escogido del mismo...

Ver capítulo 2

 -Pero mamá, ¿tengo que ir realmente? No me gusta ir a la iglesia. Nunca saco nada en limpio. Por supuesto, mi madre rehusó mi súplica, y encontré a mi yo involuntario asistiendo a los servicios de la iglesia cada fin de semana. La iglesia era tal carga para mí que debo confesar que hubo momentos en que me deslizaba por la parte de atrás de la iglesia, tomaba un boletín, y rápidamente salía al parque para esperar mientras se hacía la hora en que podría llegar de regreso a casa con la "evidencia" de mi asistencia.

No es que mis padres no lo hayan intentado. Ellos me enviaron a escuelas cristianas y me llevaban a la iglesia cada fin de semana, pero de alguna forma la iglesia era demasiado artificial, demasiado formal, demasiado aburrida para alcanzarme. Debía asistir, así que aprendí a una temprana edad a "jugar el juego", por así decirlo. Posiblemente usted lo conoce en persona y no porque fuera un miembro de mi iglesia que pudiera haberme me observado. Muchos profesos cristianos pasan por la mímica, haciendo lo que se espera, mostrándose de alguna manera buenos en el exterior, pero sabiendo que sus corazones no están allí. Puede ser que ni siquiera puedan explicarlo, pero sucede que no suple sus verdaderas necesidades, y sin embargo continúan el juego porque, bueno, es lo que "corresponde" hacer.


¿Te ha tocado vivir esta experiencia? ¿Cómo te sentías? ¿Cómo lograste superarla?...

20 de septiembre de 2011

Les comparto la cita inicial del capítulo 1:


Jim, ¿qué estás haciendo en este lugar perdido? -preguntó Warren. Pude leer sus pensamientos. Él estaba claramente convencido de que yo estaba malgastando mi vida en este paraje solitario en las montañas cuando podría estar ganando un montón de dinero allá abajo en la ciudad. Warren había venido para buscar una propiedad en este apartado lugar, y nos encontrábamos avanzando por el desparejo camino rural en mi camioneta, junto con Warren y su esposa embarazada, para buscarles una propiedad. -Bueno, Warren -comencé yo-, sabes, yo soy cristiano, y nosotros vinimos aquí porque... No digas una palabra más, Jim! -me cortó bruscamente Warren- .Yo no soy un cristiano, y no creo en el cristianismo. ¡No quiero escuchar una palabra más sobre esto! La repentina fría hostilidad era inconfundible en cada rincón de mi vehículo. ¿Cómo puede Dios alcanzar a una persona como esta? Pensé. Sin embargo, me sentí constreñido a decir algo más y con una oración silenciosa dije: -Warren, todo lo que necesito es que me concedas un par de minutos y no diré una palabra más acerca del cristianismo. Warren, el Dios que he llegado a conocer en estas montañas, te ama tanto que aunque tú lo estés rechazando, algún día, cuando lo necesites, estará allí para ayudarte. Algún día ¡necesitarás de mi Dios! Si las cosas estaban frías en mi camioneta antes, después de estas palabras pasaron directamente a congelantes. Parecía que había empeorado las cosas por mis comentarios. Terminamos nuestro negocio y Warren partió, pero esta conversación me trajo a la memoria mi propio alejamiento de Dios. El eco de mis propias palabras resonó en mis oídos: "Algún día cuando lo necesites, él estará allí para ayudarte. Algún día necesitarás de mi Dios".


¿Qué opinas al respecto?, ¿de qué depende evangelizar exitósamente?


14 de septiembre de 2011

ESCAPE A DIOS

Vamos a comenzar una nueva aventura espiritual!!! Estudiaremos juntos algunas partes de esta magnífica obra. Ora para que Dios transforme tu vida a partir de esta experiencia de aprendizaje. Puedes darle un vistazo a la portada y al prefacio de este librito.


13 de septiembre de 2011

Un testimonio interesante...

No tuve tiempo


Hoy es el primer día del resto de tu vida. (Anónimo)

No tuve tiempo!!! Te dice alguien que no pudo cumplir con lo prometido… es curioso, porque si hubiera tenido tiempo probablemente tampoco hubiera cumplido; porque no es tiempo lo que falta, en todo caso, lo que necesitamos es una mejor organización del tiempo… De todas maneras parece básico que para todo el que quiera vérselas con la optimización del tiempo debe saber al menos de qué se trata este asunto del tiempo… Time es Money dicen en inglés, pero para mí tiempo es vida, es existencia… tienes tiempo porque estás vivo, estás vivo porque puedes decidir (Ortega y Gasset). Claro está que hay un tiempo de tu vida que ya pasó, no lo puedes recuperar de ningún modo, tampoco es posible (al menos por ahora) acelerarnos y vivir en el futuro. En definitiva el único tiempo que tienes es el presente y que en tanto reflexionamos sobre él, ya pasó. Alguien ha dicho que la vida es eso que transcurre mientras estamos inmersos en asuntos “importantes” y parece que es así nomás. El problema es que, por lo general reflexionas sobre lo vivido cuando te queda poco tiempo... de vida. Vivir en esta tierra es estar atrapado en el tiempo presente. Lo único que posees es el presente, el aquí y el ahora. Todo lo demás no existe. El punto es que nuestra sociedad ha inventado dos maneras, muy bien disimuladas por cierto, de quitarnos la vida poco a poco. Es que no sería un buen negocio que toda la gente sea feliz.  Y estas cuestiones tienen que ver con nuestra actitud hacia el tiempo. Según Dyer, si no estás conforme con lo que hiciste en el pasado arrastras contigo la culpabilidad (que ha sido por siempre una eficaz manera de doblegar y domesticar a las masas) te sientes culpable porque tu vida no es como te la imaginabas, tus relaciones familiares distan mucho de lo ideal, porque has perdido amistades y amores por tu carácter, porque heriste a muchos y ya no tuviste oportunidad de repararlo, porque no cuidas tu cuerpo, o tu cuerpo no es algo de lo cual te puedes sentir orgulloso/a o porque tu vida religiosa, espiritual o como lo quieras llamar es una hipocresía cabalgante… y la lista podría ser interminable. El punto es que sentirse culpable por cualquiera de estas cosas puede ser aceptado socialmente, pero no cambia nada. Lo que pasó, pasó… ya no puedes hacer nada al respecto. En el otro extremo tenemos que enfrentarnos con el futuro y naturalmente nuestra sociedad ha desarrollado una conducta tan nociva como la culpa para el pasado. Me refiero a la preocupación. Pre-ocupados, es decir estar ocupados antes de tiempo. Pero el que te preocupes y solamente eso, no alterará en nada el futuro. si eres joven te preguntas, ¿dónde vas a trabajar?, ¿de qué vas a vivir?, ¿con quién te casarás?, ¿qué oportunidades tendrás, o peor: ¿tendrás oportunidades? Si eres adulto, pensarás sobre tus hijos, la enfermedad de tu cónyuge, tu jubilación, cómo te las arreglarás para vivir cuando no tengas fuerzas… y aquí la lista también es inacabable… Durmamos tranquilos. Ni la culpabilidad ni la preocupación solucionan nada. En la sabiduría bíblica ambos comportamientos son desechados por formas más sanas de aprovechar nuestro tiempo. El perdón por una parte y el depositar nuestras ansiedades en Él que conoce y controla el tiempo, por otra. Al fin y al cabo nuestro tiempo de vida se reduce a tomar decisiones y más que eso no podemos hacer… lo cual pensándolo bien, no es poca cosa.