26 de octubre de 2011

Bueno, aquí vamos con el capítulo 4. Interesante la siguiente frase del autor: 


"Sabía en mi fuero más íntimo que el evangelio no podía ser tan complicado como lo había hecho el hombre. El sentido común me dijo que el verdadero evangelio me salvaría de aquellas áreas de mi vida en las cuales mi fuerza de voluntad había sido inútil. Ese evangelio me proveería con un poder con el cual podría controlar mis sentimientos, pensamientos y mis pasiones. Mediante la guía del Señor había hecho muchos cambios en mi vida, y sin embargo todavía anhelaba paz con Dios. Todavía esperaba una completa seguridad de salvación."

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